Sexo oral: ¿un placer peligroso?
En lugar de buscar laboriosamente el aprecio de una mujer, trabajaremos en el florecimiento de las virtudes y temple de carácter, el cual, por cierto, no obtendrás ni con halagos ni con alabanzas. Lo conseguirás manteniéndote en la quietud, con un gran esfuerzo, humildad de espíritu e inquebrantable fe. Sigue leyendo