No hay que olvidar nunca que la Iglesia tenía capacidad recaudatoria en los años de la Edad Media
El resultado fue que Kipper pronto dejó atrás su reputación de agente secreto. Ahora se le veía más como un trabajador autónomo que prestaba sus servicios en el barrio a la cabeza de una pequeña empresa de mantenimiento. Sigue leyendo