Y aquí hay un hecho que realmente me aturdió. Por lo menos es entendible que las parejas casadas a menudo se semejan entre sí en edad, religión, origen étnico, estatus social y económico e incluso puntos de vista políticos. ¡Mas aun los investigadores se sorprendieron cuando descubrieron que cuatro veces más alto en la escala de similitud eran personas que se parecían casadas! 44 Eran similares a detalles como la longitud de sus lóbulos de las orejas, las distancias entre los ojos e inclusive la longitud de sus dedos Después de todo, en último término los deportes no tienen mucho sentido, por el hecho de que en el gran esquema general realmente no habrá cambios significativos si la liga la gana un equipo o bien otro. Lo sentimos, mas es de esta forma. De todas maneras, lo que deseamos decir es que al interesarse por los deportes, ir a los partidos y chillarle a los jugadores, los hombres juegan y sienten esa camaradería y esa amistad que los pequeños sienten cuando juegan juntos. La vida cotidiana era de contrastes. A primera vista no valía la pena hacer esa aseveración, mas la manera de superar lutos era arreglar los vacíos sin esconderse de ellos. Se trataba de conquistar aquella tristeza normal inicial, la tendencia natural a comprobar nuevamente la ausencia, tal y como si la psique se negara a aceptarla. Con el tiempo, la melancolía disminuía dejando edificar nuevos relaciones y alternativas para satisfacer necesidades que antes llenaba el objeto perdido. El proceso de cicatrización mental servía para superarar el sufrimiento de la falta, la derrota, el fracaso, llevaba a aceptar lo sucedido transformándolo en ocasión.
Deléitate con mis pechos pequeños, con mis masajes, con mis labios sustanciosos recorriendo tu piel
En algunos de los casos he visto como no es posible la reconciliación ni la restauración de la relación conyugal, pero sí es posible el perdón para lograr ser libres, curar y brindar a los hijos la mayor estabilidad que sea posible en estos casos. Un hombre que solo sirve a la mujer como empresa material es un hombremáquina, Y esta mujer que solo tiene esta clase de contacto con el hombre considerando como real a su mundo de mujeres, es también una mujermáquina. Pero los dos son de este modo, sencillamente humanosmáquina. Máquinas extraordinarias mas no pueden dejar de ser máquinas. La técnica del masaje hedonista tiene la característica de reunir múltiples manipulaciones como son presiones, amasamiento, fricciones, roces, estiramientos al unísono que va acompañado del calentamiento y relajación muscular conseguido por el efecto de las piedras volcánicas (basalto) en esta técnica se le permite al receptor/a escoger la posibilidad de elementos y sustancias para la operatoria, si son aceites, escogerá el aroma de esencia de sándalo dulce, jazmín, geranio o rosas. También existe la posibilidad del trabajo con cremas hidratantes, nutrientes y tonificantes. O bien la opción de un masaje en seco con polvos de fécula de arroz, que es algo que no está muy difundido en Europa y que el ‘ser hedonista’ elige desde hace mucho en diferentes lugares del mundo (los orientales lo usan para maquillarse por eso el blanco inmaculado de sus rostros).
Pero no sé si recuerdas la otra tarde y te gustaría repetirla Le dices de nuevo la forma de interpretar su recordatorio de aquella tarde tan divertida. la podría rememorar y, incluso de esta forma, prosigue sin querer hacer nada. Le estás preguntando: ¿deseas regresar a hablar nuevamente conmigo? Es una sugerencia engastada. Se le está diciendo como interpretar la línea de pensamiento que ella acaba de tener. Considera lo que nos dijeron Andrew, Reba y Michelle. Andrew medró en la ciudad de Chicago en una familia católica donde el sexo casi nunca se discutía. Su padre había hecho un esmero valeroso, como lo expresó Andrew, cuando tenía catorce años, utilizando la terminología de pájaros y abejas que hizo reír a Andrew. Tenía un entendimiento de que el matrimonio era un requisito previo para la intimidad, relató Andrew. Después de tener algunas experiencias sexuales como adolescente y adulto joven, desarrollé una mentalidad más cristiana. [A partir de los treinta años, practiqué el celibato durante 15 años. Entonces llegué a la conclusión de que el hombre, no el blog, había puesto estas restricciones sobre mí y sobre cualquier persona con ese punto de vista. Mas aún no estoy en la promiscuidad. No me siento cómodo con el sexo que no tiene intimidad. Ahora tengo 53 años y nunca me he casado, ni tengo una pareja íntima .
Un día mi madre me solicitó que la acompañara al mercado porque las bolsas pesaban mucho. Desde entonces un par de veces a la semana íbamos juntos. Otro día me pidió que la ayudara a empanar filetes, otro a estirar una masa, otro a adecentar cristales, otro a tender la ropa, otro a planchar, y de esta manera, la necia me fue llevando a su terreno, que era mucho menos alucinante que el de mi padre, pero con los años se probó más útil, puesto que por cada disputa callejera que he tenido me ha tocado poner lavadoras, planchar y cocinar en una relación de mil a uno. La mirada envidiosa de los otros, maravillados por el nuevo el blog, es la señal inconfundible de que la prueba de convertirse en un el blog para los demás ha sido al fin superada por el curioso impertinente.
· conduces pensando en él
A puntito de cumplir 74 años, Quica es un cascabelito. Y como tal, espera que llegue su vejez, seguro a la vera de Enrique, con el que lleva casada la friolera de medio siglo. Por el hecho de que Quica todavía no es vieja, viejas son las que ya no pueden hacer cosas solas, las que lloran por las esquinas y responden siempre y en todo momento a la pregunta amable de ¿qué tal? con un reguero de dolores y enfermedades que asustan, las que no se marchan cada mañana bien temprano a andar por el camino del camposanto con Dolores, Satur y Consuelo contándose cómo van los hijos y qué harán de comida en cuanto retornen. Viejas son las que prosiguen tiñéndose el pelo de negro azabache por el hecho de que todavía creen que la cana blanca es lo único que delata la fecha de nacimiento de su carné de identidad, en lugar de lucirlas en media melena o bien al menos disimularlas con esos rubios ceniza, todo el muestrario si hace falta, con los que ella las tapa. Viejas son las que no se emocionan cuando ven a un hombre guapo y prosiguen estimando que la edad las arrinconó en la cuneta del deseo. A Quica le sigue entrando una risilla nerviosa cuando ella y sus 3 amigas se cruzan con algún militar de la base aérea que ha escogido el mismo camino del camposanto que para hacer footing y aparece sudoroso con esas camisetas ceñidas que marcan bien los abdominales. Pero bien, bien. Le chifan. Le hacen recordar cuando llegó ella a Getafe, con 24 añitos recién cumplidos. Y lo más exótico de pueblo eran precisamente los militares de la base. A ella le parecían un poco de película. Sin desmerecer ni un poquito a su Enrique, el amor de su vida, su único hombre, el padre de sus hijos. Todo de esta manera, de carrerilla lo suelta. De su mano llegó recién casada a quedarse por siempre en ese pueblo que empezaba a surgir merced a las fábricas que arramblaron con todas las huertas precedentes. Getafe era entonces algo pequeño y accesible. 4 calles en torno a la iglesia de la Magdalena; el día de hoy catedral, el instituto de los sacerdotes, escolapios, y el de las monjas, Divina Pastora. Poco más. La calle la villa de Madrid como único escaparate por el que se paseaba lo bueno, lo regular y lo malo del pueblo. la capital de España, la capital, se les quedaba tan lejos… Los catorce kilómetros escasos que los apartan de la gran urbe eran todo un océano de distancia que los encerraba a lo ancho y largo de los empiedres de esa calle con aspiraciones que lleva el mismo nombre que la enorme urbe, mas sin el sol y la claridad que da el anonimato y que en la calle Madrid ni tan siquiera se manifiesta pues está siempre umbría. Ahora Getafe es capital del sur, ciudad universitaria y cuna de la aviación española, como reza el cartel de entrada a lo que el día de hoy se resume en un aséptico ciudad dormitorio, veinte minutos exactos desde Atocha en el tren de cercanías. Y para ella son cincuenta años, su vida, criando ya antes a sus hijos y ahora a sus nietos en ese lugar. Para no querer mudarlo por nada del mundo.
Limítese a frases cortas pero certeras. Si su ex entra a nivel personal, insista en que cree que este género de temas es mejor hablarlos con mayor calma y en persona. Si persiste en su actitud, despídase afable y elegantemente (Sin ser sarcástico) e indíquele que la mejor opción será charlar de ello cuando estén más preparados. De este modo, si bien sea quien actúa de forma inconsciente. Usted le mostrará que la comprende (Capacidad de enfatizar) y que actúa de forma coherente, madura y seguro de sí. Muchos de los pacientes que llegan a mi consultorio en busca de orientación sexual mientan, repetidamente, que la costumbre y la familiaridad van terminando con el deseo sexual, y que éste (consideran ellos) es el motivo por el que han perdido el interés sexual con su cónyuge, o muestran un desgano sexual crónico, o bien andan siempre en busca de una nueva conquista que les reactive el deseo sexual que estiman que han perdido.
Cuando se practica el piercing temporal con los genitales las sensaciones son intensísimas y el temor juega un factor fundamental. Trabajando lentamente y con calma, los temores dismuyen significativamente y el cuerpo, poquito a poco, va adaptándose a la sensación de sentir cómo se clava cada aguja. Para sacar las agujas lo mejor es efectuar un movimiento suave. Una vez extraídas hay que lanzarlas cuanto antes al contenedor de objetos punzantes. Emplearlos o bien no es una cuestión personal, pero de ser de a dos o bien más, deben estar de acuerdo porque si bien sea uno el que lo use y el otro no, si éste no está de acuerdo, se sentirá mal y esto no ayuda a la relación.
Estimula el olfato
Una mujer se quejaba continuamente de su esposo y una de las primordiales razones era que él no la escuchaba. Un día tuve la oportunidad de charlar con los dos en algunas de mis jornadas de orientación a parejas. Entonces manifestó lo siguiente: Cuando se despierta por la mañana y me dice: Tuve un sueño…, yo le contesto: Cuéntame, y ¿qué soñaste? Demostrando interés, entonces se extiende y me cuenta. Pero cuando esto sucede al revés y soy yo la que le digo: Tuve un sueño…, él no dice nada y soy yo la que tengo que preguntar: ¿Deseas que te cuente? Y responde: Sí, mas veloz que se nos hace tarde. Son solo simples ejemplos, de tantos que podría enumerar, de una lista prácticamente inacabable y que marcan prácticamente todas nuestras acciones diarias, cuando vas a la peluquería a hacerte el corte de pelo a la ultima moda, para procurar ligar con tías, cuando te compras esa camiseta tan chula, para intentar ligar con tías, etc etc…tu cada día se convierte en un tirar la caña y esperar a que toque la campana.
Y cuando un Antidependiente desea avanzar, se casa. Es decir, se arriesga a renunciar a de sí por otro. Esto es, com. Esta es la palabra clave: compartir. Aparentemente eres una persona generosa: dejas tu casa a amigos, prestas dinero a veces sin consultar, obsequias ropa y otras cosas… Vamos, que muy agarrado a lo tuyo no eres. Mas no confundas dar con compartir. Compartir es hacer empleo en común. Vivir con amigos en tu piso no es compartir, es dar un espacio mas cada uno tiene su vida. Compartir es llevar un vida en común con otro. El Antidependiente que avanza se ha dado cuenta de esto y seguramente no ha sido de un día para otro, sino que el tiempo le ha servido para verse a sí mismo desde fuera, como espectador, y a calibrar entre sus impulsos de probarlo todo con pocas opciones al no como contestación y a hacerlo consensuadamente con otra persona a la que ama, si bien eso represente renunciar a algunas cosas. Al fin y al postre, se trata de hacer un pulso entre sí mismo y el ego que le hace no tolerar perderse cosas en la vida. El Antidependiente debe adiestrar el águila imperial que lleva dentro y lucha siempre y en todo momento por salir a volar, explorar y apresar. Deberá aprender a dejarla ir y otras veces a ponerle la caperuza y retenerla. En su trabajo interior por avanzar, el Antidependiente precisa aprender a compartir y, desde luego, ha de estar al lado de una pareja que le conozca y no pretenda aniquilar completamente su naturaleza sino que esté asimismo presta a compartir de ese espíritu.