El amor trasciende el asunto de las catexias
Tuve un ataque de celos, de saña, de entristezco. Me había dejado sin decirme el motivo y en mi cabeza no hacían más que inventarlos. Prefería pensar que me había sido infiel, que estaba deprimido o bien que verdaderamente prefería estar solo, al hecho de admitir que sencillamente me había dejado de querer. Sigue leyendo